La transición energética es un desafío muy importante que la región tiene por delante. La llegada de las energías renovables trae consigo el desarrollo de proyectos de almacenamiento de energía. Por ello, ayer la Cámara de Comercio de Oviedo y el CSIC organizaron un encuentro entre empresarios e investigadores para conocer cuáles son las posibilidades que existen. Uno de los ponentes fue Ricardo Santamaría, investigador del Incar-CSIC, quien reconoció que la tecnología nueva «siempre es cara» y que el almacenamiento de energía «viene un poco atrasado». «Deberíamos haber empezado a investigar en ello hace una década», apuntó.

Santamaría presentó ‘Flowbat 2021’ unas baterías de flujo redox para el almacenamiento de energía eléctrica a gran escala. Según indicó la energía se almacena en tanques de electrolito «que pueden ser del tamaño que uno quiera». Este sistema «modular» permite que se realice, por ejemplo, para nivel domiciliario o en grandes tanques para almacenar para campos eólicos o fotovoltaicos». En enero pretenden conseguir una batería de un kilovatio, un año después una de 10 kilovatios y a partir de ahí lograr una de un megavatio, para lo que necesitarán la financiación de empresas privadas.